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27 de octubre de 2009

Crónica de una cirugía anunciada (y II)

( Continuación de la historia que empieza aquí )
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"Miguel Angel, puedes pasar..."

¡GLUB! ... Abro tímidamente los ojos mientras me levanto. Tengo miedo. La puerta del quirófano está abierta y la enfermera me acompaña adentro. Al entrar, me recibe otra enfermera que me pide amablemente que le entregue mis gafas. Lo hago, y cuando las coge se le resbalan entre sus dedos enfundados en latex y caen a suelo. No te preocupes -pienso-, espero no tener que usarlas más. Cuando se agacha a recogerlas, se le caen los bolígrafos que lleva en el bolsillo de la bata... ¡Santo Dios! ¡Esta muchacha es más torpe que Pepe Viyuela!... ¡¡Espero que se mantenga lejos de mi!!.

Sin las gafas no distingo demasiado bien lo que hay a mi alrededor. Además está bastante oscuro. Puedo distinguir una camilla rígida, en horizontal, sobre una plataforma giratoria.... y en cada extremo dos aparatos siniestros, que deben ser los que utilizan para fundirle los ojos a la gente. Entornando mucho los ojos, me parece vislumbrar junto a uno de ellos la imagen de un hombre  sentado, iluminada de un blanco celestial. La aparición pronuncia con voz calmada un "Buenos días, Miguel Ángel"... ¿Quién es? Debe ser mi ángel de la guarda, que ha venido en mi rescate... ¡Estoy salvado!.  Ah, no... espera... Creo que es el doctor embutido en su bata blanca. ¡Joder, es que no veo un carajo!.

Me tumbo en la camilla giratoria, y lentamente sitúan mi cabeza bajo uno de aquellos aparatos, que despide una luz blanca cegadora. El corazón se me va a salir del pecho. Me cubren el ojo derecho y en el otro me ponen una de esas pinzas que abren los párpados hasta límites que jamas habías sospechado. Me siento como el protagonista de La Naranja Mecánica en pleno tratamiento Ludovico. En breve empezarán a ponerme escenas de películas del Fary, o de Marisol, o qué se yo...

Relájate Leopoldo... que esto va a ser muy divertido...
Pero no. Lo único que me piden es que mantenga la mirada fija en una luz verde que no cesa de parpadear. Me cuido de levantar bien la barbilla, aunque no me lo pidan, no vaya a ser que alguien se enfade... De repente veo como un pequeño círculo de metal (anillo de succión, lo llaman) baja hacia mi ojo, posándose suavemente sobre él y apretándolo levemente. Ahora no debo moverme. Son sólo 10 segundos mientras un láser realiza un preciso corte en el epitelio de la cornea. Yo lo único que noto es que mi campo visual se va reduciendo de fuera hacia dentro, hasta que finalmente solo veo un resplandor blanco. Después puedo cerrar el ojo y repiten la operación con el otro. De momento, no siento ni dolor... ni las piernas.

El doctor me tranquiliza diciendo que de momento va todo muy bien. Si puede decirse eso cuando tienes una rebanada de cornea fileteada en cada ojo, pues sí, todo va bien.

Ahora empieza la cirugía en sí... La camilla gira 180 grados, para situarme bajo la otra máquina diabólica que se encuentra en el otro extremo de la camilla. Ésta es la que tiene el famoso láser Excimer, que es el que tiene que pulirme la cornea hasta eliminar el grosor necesario que corrija el defecto visual. Nuevamente me cubren el ojo derecho, y me ponen los forceps en el otro. El doctor se dispone a levantar la lámina que me acaban de cortar un minuto antes. Veo un objeto puntiagudo con forma de gancho, que se me acerca... ¡Ay, Dios! ¡Que me va a pinchar con eso!... Esto sí que no quiero verlo... ¡Joder, no puedo cerrar el ojo! ¡Tengo que verlo por cojones!... Noto como el gancho penetra en mi cornea. No duele, pero tampoco resulta especialmente agradable. El doctor comienza a tirar de mi ojo en todas direcciones. Madre mía... al final me lo saca de su órbita. Finalmente consigue, con no poco esfuerzo, que se levante la "loncha corneal". Suavemente tira de ella hasta levantarla por completo. Vuelvo a ver borroso. Pienso en si mi familia seguirá viendo el espectáculo en la pantalla de la sala de espera, o a estas alturas ya están en el baño vomitando...

Y por fin, el láser. Veo una luz roja bastante difusa, a la que debo mirar todo el tiempo. Me advierten de que voy a oler un poco a quemado, pero que son unos segundos y que no me preocupe, que es normal. Ya. Ponte tú aquí abajo, a ver si tienes huevos de no preocuparte mientras te chamuscan el ojo. Preparados... Listos.... ¡Fuego!. Conectan el aparato, y empieza a hacer un ruido como una turmix a plena potencia. La luz roja se convierte en cientos de lucecitas parpadeantes. Parece un árbol de Navidad... Qué divertido. Bueno no, en realidad no tiene ni puta gracia: me están abrasando la córnea por docenas de puntos diferentes... Y efectivamente, empiezo a oler a quemado. Nunca he sentido la curiosidad, pero ahora ya sé a que huele un ojo humano chamuscado... ¿Alguna vez habéis taladrado una pared con la la black & decker, hasta llegar a la rasilla? ... pues eso.

Venga, a ver si atino con el ojo... ¡a la tercera va la vencida!En apenas 20 segundos, que se hacen eternos, el láser ha hecho su trabajo, y vuelven a ponerme mi epitelio en su sitio. Limpian y alisan la zona con una pequeña esponja, para que no queden arrugas en la lámina, y finalmente me colocan una lentilla terapéutica para proteger el ojo mientras cicatriza. Ya puedo cerrar ese ojo. Que descanse en paz. Ahora toca repetir la operación con el otro y todo habrá acabado.

Por fin, cuando acaban con el otro ojo, suelto un suspiro de alivio. Me dice el doctor que todo ha ido perfecto y que me he portado genial. No te jode, después de escuchar los gritos que le ha dado a Leopoldo, a ver quién es el guapo que le lleva la contraria. Me ayudan a levantarme. Estoy tan tensionado que me duele la espalda y los riñones... Y estoy tremendamente mareado. Es como si hubiera estado una hora seguida montado en el Dragon Khan... cabeza abajo.

Después de una breve revisión post-operatoria, salgo de nuevo a la sala, a reunirme con mi familia. Me reciben con muestras de alivio. No se qué habrán visto en la pantalla, pero están visiblemente pálidos. O soy yo que veo blanquecino, no estoy seguro. El caso es que han soportado la "snuff-movie" como unos valientes. Han estado a punto de comprar palomitas y todo.

Tras soltar la pasta que cuesta todo aquel sufrimiento (sólo por lo mal que se pasa, deberían hacerlo gratis) salgo a la calle protegido por unas gafas de sol. No veo con claridad, pero puedo andar sin chocarme con la gente, que no es poco. Creo que todo ha ido bien, y según el doctor en unos días iré recuperando poco a poco la visión, proceso que puede durar desde unos pocos días hasta meses. Habrá que tener paciencia. Mientras tanto, toca esperar...

Ahora recuerdo que no sé que ha sido de Leopoldo. Cuando salí ya no estaba ni él, ni esos robots que tenía como padres... Pero espero que le haya ido bien y que no sea de los que pasen a engrosar esa pequeña pero ruidosa lista de pacientes descontentos.

Y yo, espero que tampoco.

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25 de octubre de 2009

Crónica de una cirugía anunciada (I)

Son las 10 de la mañana y hace un frío que pela. Camino con paso tímido hacia la clínica donde voy a operarme. Estoy temblando, aunque me atrevo a decir que no se debe únicamente al frío otoñal. Atravieso la puerta de la clínica. De la próxima hora dependerá cómo vea el resto de mi vida... Ya sé que suena melodramático, pero es que me ha parecido ver salir a alguien llorando de aquí. 

Comento en recepción que tengo cita para la operación de miopía... que por favor, la anulen cuanto antes. Bueno, eso sólo lo pienso. La chica me sonríe -¿o se compadece?- y me toma los datos. Me dice que enseguida vendrá una enfermera a ocuparse de mi. Paso junto a mi familia a una sala de espera con dos hermosas pantallas de plasma colgando del techo. Me pregunto si no les sobrará una para llevármela a casa.

Casi no me da tiempo a sentarme, cuando mi enfermera me llama para hacerme unas pruebas rutinarias previas. Me explica brevemente cómo va a ser la operación y lo que tengo que hacer los siguientes días tras la intervención. El discurso me suena, porque llevo días dándole vueltas a cada detalle de la operación y creo que me lo sé de memoria. Asiento con la cabeza y la observo detenidamente en silencio, mientras me cuenta los riesgos de la cirugía. Creo que contratan a enfermeras jóvenes y angelicales para distraerte y que no prestes demasiada atención a sus palabras... porque si no, en este preciso momento habría salido corriendo.

Después regreso a la sala de espera con mi familia. Allí, un tal Leopoldo, acompañado de sus padres, espera también para ser intervenido de lo mismo que yo. Nos cuenta que, en realidad, él tenía 18 dioptrías, una cantidad fuera de los límites de acción del LASIK, por lo que le pusieron hacía ya unos meses una lente intraocular (ICL para los que entienden) que había conseguido mejorar su visión reduciendo hasta 17 dioptrías. Y ahora iba a ser intervenido con láser para quitarle esa última dioptría residual. Y estaba allí, tan tranquilo, leyendo una revista de motor pasada de fecha, como en la peluquería. Yo en su lugar hubiera pedido trabajo en la ONCE, y me hubiera olvidado de todo.

En ese preciso momento entra otra enfermera que llama a Leopoldo. Éste se incorpora despacio, y camina hacia la puerta, muy enjuto y resignado. Pobre chaval. Era tan joven... Los padres no hacen ni una mueca. Permanecen fríos como el témpano mientras se llevan a su hijo hacia un destino incierto. Luego, vuelven a su lectura del periódico. Desde luego, hay gente que no tiene corazón.

Cinco minutos después, cuando alzo la vista observo que en las pantallas de plasma han puesto el nombre del chico. ¿Qué significa ésto? De repente en la pantalla se distingue una forma inicialmente borrosa, que en seguida se torna nítida: Es un ojo. ¡Dios mio! ¡Es el ojo de Leopoldo ! ¿Es que vamos a ver su operación en directo?... Si, así es. Nos van a ofrecer su intervención en vivo... ¿¡Pero qué clase de desalmado ha tenido semejante ocurrencia!? A mi mente vienen imágenes de la saga de SAW...  ¡Por los clavos de Cristo! ¡Que alguien pare esto!...

Hemos hecho todo lo que hemos podido, pero...El siguiente soy yo... y empiezo a ponerme realmente nervioso mientras cuento cada minuto que pasa. Mi enfermera se asoma por la puerta y pronuncia mi nombre con una cínica dulzura. Pero... pero... Si ni siquiera han empezado con Leopoldo ... Su ojo todavía nos mira impertérrito a través de la pantalla. En fin. Me levanto lentamente, inseguro de que mis piernas vayan a sostenerme. Y digo yo... ¿no me podría quedar a ver mi operación por la tele ?. Total, seguramente sea más entretenido que estar ahí dentro. Mi familia me hace un gesto condescendiente con la mano. Tampoco van a hacer nada por mi... Estoy sólo en esto.

Paso a una pequeña salita, contigua al quirófano donde en ese preciso instante Leopoldo consume sus últimas horas. La enfermera me hace ponerme un gorrito de tela verde y esos ridículos pantuflos para no pisar el impoluto quirófano con mis zapatos infectos. A continuación me inocula un par de gotas de anestésico en cada ojo y me dice que permanezca allí sentado, con los ojos cerrados hasta que me llamen. Creo que lo hacen a propósito. Te dan tiempo para pensar, para que caviles y te angusties con tus miserias... para que sufras, mientras ellas te observan con sonrisa diabólica desde el otro lado de la puerta. La presión psicológica es grande.

De repente, una voz profunda, como un rugido, me sobresalta: "¡Levanta la barbilla, por favor!". La voz viene del quirófano... Es el doctor. Y parece cabreado. "¡¡Leopoldo, que levantes la barbillla!!" ... Dios mío, ¿qué está pasando ahí dentro? ¿Qué estáis haciendo con el pobre Leopoldo? ¡Dejadle, desalmados!... Mis piernas empiezan a temblar, y mi corazón está golpeándose contra mi pecho intentando escapar. Agudizo el oído, intentando captar algo más... pero se hace el silencio más absoluto. ¿Habrá acabado su sufrimiento? Creo que van a ser los minutos más largos de mi vida...

A los pocos segundos, se abre la puerta del quirófano. Una enfermera acompaña a Leopoldo, que sale arrastrando los pies, hasta otra sala. Yo permanezco con los ojos cerrados... no me atrevo a mirarle a la cara. Diría que el doctor le ha dejado un puñetazo marcado en el rostro, por no haber levantado la barbilla a tiempo. No vale la pena luchar contra ellos, camarada. Son más fuertes que tú.

Empiezo a sudar mientras mientras pienso qué me tendrá reservado el destino a mi...

"Miguel Ángel, puedes pasar..."

(Continuará)
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10 de octubre de 2009

Decisiones importantes

Ya está decidido y no hay vuelta atrás. Llevaba ya un tiempo dándole vueltas al asunto aunque, por unas cosas o por otras, nunca terminaba de decidirme. Al fin y al cabo, se trata de algo bastante delicado y no me gusta tomar decisiones a la ligera. No es como ir a comprar el pan y decidir si quieres chapata o colines... Ojo, que no digo que ésto no sea importante, que una buena chapata tiene su miga... Pero no es lo mismo.

Antes tenía que pasar unas pruebas rutinarias. Ya se sabe, para asegurarse de que no iba a haber problemas, y de que uno era el candidato idóneo. En teoría nada tiene porqué ir mal, pero por si acaso. Que ya se sabe que de la teoría a la práctica hay un trecho y luego pasa lo que pasa: que las cosas salen mal, y vienen los lloros y las lamentaciones. Y ellos se lavan las manos, claro, porque tú se supone has firmado... Y yo no firmo nada sin leer antes, que luego me la endiñan doblada.

Supongo que por eso te dejan tu tiempo para decidir tranquilamente. Es como un suplicio ¿sabéis?. Sólo hay que decir Si o No, y echar una firma... Pero ¡caray, lo que cuesta!. Es que ya digo que es delicado, y antes hay que estar seguro, leer todo bien y estar informado... Y aflojar la pasta, ¡una pasta gansa!. Que no es lo más importante en estos casos, es cierto. Y que no hay que escatimar, de acuerdo... ¡pero es que te ha costado un riñón ganarla!... que los euros no crecen en los árboles.

Pero cuando salvas estos obstáculos, al final sabes que, en el fondo, has tomado la decisión correcta. O al menos, confías en que sea así. Porque ahora viene lo peor, que es la espera hasta el gran día...

El día 21 de Octubre, Miércoles, me opero de miopía con cirugía refractiva (a.k.a: láser de toda la vida). Deseadme suerte.

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7 de octubre de 2009

La ciencia en España no necesita tijeras




Desde este post me sumo a la iniciativa lanzada por Aldea Irreductible, en contra de la reducción presupuestaria del 15% para Investigación en este país. Puede que este sea un blog muy modesto y que esta entrada sólo la lean cuatro gatos... Pero tenía que poner mi granito de arena (fina) para que el castillo sea un poco más grande...

De todas formas, creo que el Pan Nacional de I+D+i del Gobierno va viento en popa:
A Ignorancia, Desinterés e incompetencia, no nos gana nadie...

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5 de octubre de 2009

Desvelado el misterio de los Ovnis gallegos

Tras el revuelo generado en los medios y blogs españoles, ya podemos asegurar que los videos de los Ovnis avistados en Galicia, no han sido sino una serie de montajes muy bien preparados por Terra.

Al parecer, el portal de Terra ha querido realizar de esta forma un homenaje a Orson Welles, en el 71 aniversario (¿no hubiera sido más lógico hacerlo el año pasado?) del estreno de su serial radiofónico de "La Guerra de los Mundos" en 1938, una adaptación de la novela homónima que escribió H.G. Wells a finales del siglo XIX.

Al igual que ha ocurrido en esta ocasión, el serial radiofónico de Wells se emitió en un formato de noticiario que hizo creer a la población, en un primer momento, que efectivamente estaban siendo invadidos por naves extraterrestres. Ésto, unido a la creciente tensión por la inminente Guerra Mundial que se avecinaba, provoco una situación de pánico inicial y mostró al mundo, por primera vez, el verdadero poder de los medios de comunicación. Naturalmente, hoy en día el efecto no es el mismo... pero se ha difundido a una velocidad increíble.

Para saciar nuestra curiosidad, la gente de Terra Noticias han preparado una serie de vídeos con el desenlace del caso del "Ovni gallego" así como del "Making Off" de esta campaña:



(Si no ves el vídeo, pulsa aquí)



(Si no ves el vídeo, pulsa aquí)

Terra ha realizado una campaña original que ha sabido mantener en vilo a sus lectores, sobre todo a aquellos que han pasado por el aro y se lo han creído a pies juntillas. Ahora les toca esconderse del diluvio de insultos y lindezas que les están lloviendo desde todas partes (echad un vistazo a los comentarios de esta entrada, o de esta), aunque a mi entender no se lo merecen: ha sido una campaña muy currada y con un propósito muy lícito, sin pretender ofender ni engañar a nadie, añadiendo al final un punto de humor. Lo único que creo que merecen es un buen aplauso.

La verdad es que, una vez desvelado el misterio, uno se queda con esa pequeña sensación de desilusión, como cuando te explican cómo se hace un truco de magia. Ya sabes que es un truco, pero en el fondo deseas creer que es cierto.

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3 de octubre de 2009

¿OVNIS en Galicia?

Cualquiera que haya estado medianamente atento a las noticias de los medios (sobre todo los medios digitales) durante esta última semana, se habrá enterado de los supuestos avistamientos de de OVNIs en las costas de Vigo.

Como suele pasar con todas las noticias relacionadas con fenómenos extraños, desde que se levantó la noticia se ha desatado la locura en Internet, y no paran de aparecer opiniones, artículos, vídeos, etc. sobre estos fenómenos (como éste que estáis leyendo). Es dar una patada a una piedra y aparecer diez nuevos vídeos en Youtube. Esto funciona así.

Todo comenzó con el avistamiento, por parte de unos pescadores gallegos, de una persecución entre dos cazas y un objeto volador no identificado:


(Si no ves el vídeo, pulsa aquí)

Esta secuencia ha sido analizada hasta la saciedad en diferentes medios, inclinándose las opiniones en uno y otro sentido. Los que afirman que se trata de un montaje, aseguran que  los pescadores están sobreactuando, que exageran el acento profiriendo "carallos" de forma poco natural y que el ruido del helicoptero y los cazas, si fueran reales, no dejarían oír absolutamente nada. Los más crédulos examinan el video fotograma a fotograma, explicando de forma "pesudocientífica" el vuelo de la cápsula, los sonidos estereofónicos y el modelo de helicóptero,  para autoconvencerse de que es real.

Este otro vídeo también resulta curioso. Un grupo de ¿científicos? embutidos en trajes anti-radiación cubren y recogen una cápsula abandonada en una playa de Asturias, delante de una docena de testigos:


(Si no ves el vídeo, pulsa aquí)

¿No resulta raro que no les acompañe ninguna patrulla de la policía o del ejército que les proteja y disperse a los mirones...?

Otros vídeos relacionados:
Un  helicoptero transporta una capsula supuestamente abandonada por un OVNI
Avistamiento de un OVNI en Asturias
OVNI sobre una colina, en Galicia

En mi humilde opinión esto no es otra cosa que una campaña de Marketing Viral, muy bien preparada, que no tardará en desvelar su verdadero contenido. Puede que sea publicidad para una nueva película de marcianos, una presentación de un evento publicitario, qué se yo... El caso, es que ya no resulta fácil creerse estas cosas.

Desde luego, la regla número uno de este tipo de publicidad se cumple a rajatabla: vídeos de pésima calidad, grabados con un móvil baratito y con un pulso de enfermo de parkinson. Además resulta sospechoso que uno de estos vídeos esté en el canal de youtube del cineasta gallego Julio Rodriguez, un canal que está dedicado únicamente a cortometrajes.

Eso sí, si se trata de un bulo, se han dejado una buena pasta en alquilar un helicoptero y unos cazas al ejército. Para que luego digan que hay crisis...

En fin, cada uno que saque sus propias conclusiones. Yo prefiero quedarme a la espera de lo que dictamine el mayor experto en investigación UFO de este país: Friker Jimenez. Si este hombre da la noticia en su programa... sabremos que es falso :D.
¡Cagüen Diola!

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