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29 de noviembre de 2007

Ley de Godwin

"A medida que una discusión en Internet se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación en la que se mencione a Hitler o a los nazis tiende a uno."

No es más que una prueba de que la teoría del caos funciona perfectamente en Internet. Si queréis una demostración, solo tenéis que visitar meneame regularmente.

Visto en Aceitunas sin hueso

20 de noviembre de 2007

Meme: Mis inicios en la Red

Acabo de recibir un meme de parte de Esteban (Es mi primer meme... ¡que bién!). Para el que no sepa qué es un meme, se trata de una especie de post en cadena, que los bloggers se pasan de unos a otros. Se trata de comentar cómo fueron mis inicios en la Red de Redes, así que sin más dilación, vamos a ello.

¿En qué año comenzaste a utilizar Internet?

Pues siendo estrictos, mi primer contacto con Internet coincidió con el inicio de mi carrera de Licenciatura Informática en la Universidad Politécnica de Madrid, allá por el año 1994, aunque por aquel entonces las posibilidades que ofrecía eran muy limitadas (un correo electrónico que usaban cuatro gatos, y unos pocos grupos de noticias) . El concepto de Internet era algo difuso que mi mente aún no alcanzaba a entender.

¿Qué tipo de conexión tenías y cuánto te costaba?

Pues como os imaginareis, por aquel entonces usaba la conexión que existía en la Facultad, lenta pero gratuita, suficiente para los servicios que podían utilizarse: leer el correo (por aquel entonces ya existía el SPAM), ver grupos de noticias, e intentar chatear con alguna alumna incauta que estuviera conectada en el Centro de Cálculo, al teclado de aquellos terminales VMS. Navegar, se podía navegar, pero claro: en modo texto, con el lynx (veo que esto fue una constante en los de mi quinta ¿verdad, Esteban?). ¡Que tedioso resultaba buscar fotos de Claudia Schiffer para descargarse! :D.

Unos años después, cuando la WWW empezó a hacerse popular, surgieron las primeras conexiones gratuitas vía módem, a través de la línea telefónica. Fue por aquel entonces (quizá en 1998) cuando decidí probar aquella primera conexión de Teleline y a escuchar por primera vez en mi casa el ruido de un módem al conectar. Creo que llegué a oírlo tantas veces que logré predecir, con cierta garantía, cuándo la conexión iba a ser correcta y cuando fallida.

¿Cuántas horas navegabas y qué hacías? (chatear, buscar noticias, etc).

Una vez que tuve mi propia conexión en casa, la cosa cambió bastante. Empecé a navegar mucho más asiduamente y a entender porqué decían que Internet era una revolución. De todos modos tampoco podía navegar demasiado, ya que no tenía tarifa plana -con el consiguiente gasto telefónico- y el teléfono no se podía utilizar mientras estaba conectado -con la consiguiente bronca de mi padres-.

Por aquel entonces la "increíble" velocidad de 56 kbps parecía suficiente para todo lo que necesitabas. Fue cuando realmente valoré la importancia del correo electrónico como medio de comunicación eficiente, aunque no eran muchos los que tenían una dirección de correo para darles la brasa. Además, la navegación gráfica (por aquel entonces, ya empezaba a preferir Netscape por encima del Explorer) había mejorado mucho.

¿Qué buscador utilizabas y cuándo conociste Google?

¡Buf! Esta si que es una pregunta difícil... veamos. Creo que mi primer buscador fue Yahoo, ya que era el más popular por aquel entonces y, aunque ahora cueste creerlo, tenía una interfaz muy limpia. Poco después llegó a mis oídos la existencia de otro buscador que encontraba de todo: Lycos (realmente llevaba bastante tiempo en funcionamiento). Y después de probarlo durante un tiempo, decidí que me convencía más que Yahoo. Después de eso, conocí una herramienta llamada Copernic, que pretendía ser la panacea en las búsquedas por Internet: cuando buscabas algo, rápidamente dirigía esa petición a más de 50 motores de búsqueda conocidos (Yahoo, Lycos, Altavista, Infoseek, WebCrawler, etc.) y agrupaba los resultados de todos ellos, eliminando duplicados y ordenando por relevancia. Era una aplicación realmente buena, que me dio los mejores resultados, superando con creces mis expectativas.

Y después, apareció el todopoderoso Google. Por aquel entonces, no era más que un simple buscador, sencillo, limpio, sin pretensiones. Pero algo había en él que consiguió llamar la atención de los usuarios: era "diferente". Introdujo un nuevo concepto en buscadores: la popularidad basada en el "pageRank", aunque por aquel entonces nadie sabía qué era eso.
Lo que realmente importaba era que los resultados eran buenos... los mejores. Y para mí, hoy, lo siguen siendo.

¿Recuerdas las páginas que visitabas?

Pues si soy sincero, no demasiado. Creo que veía poco más que portales de noticias, como Terra o eresMas, y alguna que otra página curiosa. Pero nada más. Y no, no podía ver páginas subidas de tono, porque compartía el ordenador con mis hermanos, y la intimidad que había en mi casa era -y es- completamente nula.

Y así, básicamente, es como empecé a naufragar por la red...

Bueno, y para terminar de cumplir con mi labor, toca pasar la bola: le paso el meme al misántropo Ventu, al ex-profe Raúl y a Fermín, al que aprovecho para darle la bienvenida a la blogosfera con su recién nacido blog. Hala, os toca a vosotros. Y No os enrolléis tanto como yo.

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15 de noviembre de 2007

El ladrón de tapacubos

"Ahora que no me ve nadie..."
Esto es lo que más me gusta de ir a trabajar cada día. Que trabajes donde trabajes, vayas donde vayas, siempre está el payaso de turno que tiene que tocarte los cojones precisamente a ti. No es la primera vez que me pasa algo parecido, aunque esta vez el ladrón no estaba dentro sino fuera de la oficina.

En un blog, por educación y por respeto a los lectores, no está bien visto insultar. Y como estoy algo soliviantado y no quiero decir barbaridades ni soltar tacos malsonantes, creo que voy a optar por por escribir en modo irónico (perdonadme por la frikada).

< mode ironic="on" >
Trabajo en Madrid, en el maravilloso, tranquilo, apacible, remanso de paz del barrio de Orcasitas. Como cada día llego a mi trabajo en coche, y aparco tranquilamente en una calle de doble sentido, bastante transitada por gente de bien: entrañables ancianitas, sufridos taxistas, madres con sus niños camino del colegio. Se respira docilidad y armonía, en definitiva.

A media mañana, cuando volvemos de desayunar -una pausa cortita, naturalmente; que ante todo, somos amantes de nuestro trabajo-, pasamos justo por el lugar en el que tengo el coche aparcado y .. ¡oh, sorpresa! me encuentro con que un humilde transeúnte me ha tomado prestados dos de mis relucientes tapacubos, que había colocado apenas hacía un mes. Naturalmente, lo primero que pensé fue: "pobrecillo, si solo se ha llevado dos, pudiendo haberse llevado el pack completo. Y ya no está aquí para darle las gracias".

Que hermoso es que todos en este maravilloso barrio podamos compartir nuestras pertenencias. Sin ir más lejos, hace un par de semanas, algún simpático vecino decidió que le gustaba la radio que un compañero mío llevaba en su coche. Y, ni corto ni perezoso, decidió entrar a por ella. Qué bien que no le rompieron ningún cristal ¿verdad, Redondeado? Que amable y limpio trabajo. Y todo a plena luz del día, por supuesto, ¡que ante todo somos todos honrados y no tenemos nada que ocultar!.

Querido amigo, que ahora mismo estás en posesión de mis tapacubos: sólo quiero decirte que no te preocupes, que entiendo que en definitiva no eres más que un pobre desaseado descendiente de una madre con el más antiguo de los oficios, y que fuiste traído al mundo con dificultad o incluso error. Sólo espero, con todos mis mejores deseos, que estos tapacubos te sirvan, al menos, para cubrir en todo su diámetro -y mira que son anchos-, ese orificio desperfecto que posees al final del espinazo, y que, sospecho, tendrá amplias dimensiones como corresponde a un humilde muerde-almohadas como tú. Si necesitas ayuda para ello, no dudes en llamarme. Estaré encantado de ayudarte.
< mode ironic="off" >


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13 de noviembre de 2007

Piedra, papel o tijera

Entiendo cómo las tijeras pueden derrotar al papel, y pillo cómo la piedra puede derrotar a las tijeras, pero ni de coña el papel puede derrotar a la piedra. ¿Se supone que el papel envuelve magicamente la piedra y la deja inmóvil? ¿Por qué cojones no puede hacer eso el papel con las tijeras? A la mierda las tijeras, ¿por qué no puede hacer eso el papel con la gente? ¿Por qué no hay hojas de papel de cuaderno rayadas ahogando constantemente a los estudiantes mientras toman notas en clase? Te diré porqué, porque el papel no puede derrotar a nadie. Una piedra desgarraría esa mierda en 2 segundos. Cuando juego a piedra papel y tijeras, siempre escojo piedra. Entonces cuando alguien dice que me ha derrotado con su papel, puedo darle un puñetazo en la cara con mi puño ya cerrado y decir: ¡oh mierda!, lo siento, pensé que tu papel te protegería, gilipollas.

Extraído de alguna mente retorcida en FoundMagazine . Gracias a Redondeado por link y la traducción.

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10 de noviembre de 2007

De vuelta a la Universidad

Universitat Oberta de Catalunya
Pues sí, como lo oís. No es ninguna broma ni ningún juego de palabras con doble sentido. ¡Vuelvo a ser estudiante!

El motivo es que en breve comienzo un Máster de Seguridad Informática que imparte la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Por si no la conocéis, se trata de una universidad especializada en educación a distancia, similar a la UNED, donde la mayor parte de la formación que imparte se realiza a través de lo que ellos denominan Campus Virtual: un entorno web en el que dispones de todos los servicios que podrías disfrutar en un campus real. O al menos, esa es la teoría.

Llevaba tiempo pensando en hacer un Máster de estas características, y aunque en principio mi intención había sido buscar un Máster presencial en alguna Universidad de Madrid, finalmente he optado por esta salida, por dos razones principales: en primer lugar por el precio, muchísimo menor que en la enseñanza presencial, y en segundo lugar por las referencias: conozco gente que ha estudiado allí y ha recibido cursos formativos y siempre han hablando bien de sus métodos, materiales y calidad de formación.

Ya os iré informando de las novedades que surjan en del avance de mi nuevo periodo estudiantil -lo queráis o no- :). El Máster en cuestión dura dos años, así que habrá tiempo de contar nuevas experiencias. Además, afortunadamente, no estoy solo: un buen amigo me acompaña en esta aventura... ¡No sabe bien con quién se ha juntado!.

Para empezar con buen pie, creo que lo mejor que podemos hacer -como todo buen universitario que se precie- son unas buenas "pellas virtuales" y acercarnos a la cafetería a tomar unas "cañas online" y echarnos un "mus en red".

¡Nos vemos!

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5 de noviembre de 2007

[Libro] "El curioso incidente del perro a medianoche"


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Título: El curioso incidente del perro a medianoche
Autor: Mark Haddon
Editorial: Ediciones Salamandra
Páginas: 272
ISBN: 978-8478889105
Idioma: Castellano

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Aunque uno lea libros con frecuencia -aunque menos de la que desearía- pocas veces puede encontrarse con un personaje central tan extraño, original y a la vez tan entrañable como el que protagoniza la historia de este libro.

Se trata de Christopher Boone, un niño de quince años que sufre una enfermedad muy peculiar, muchas veces confundida con el autismo: el síndrome de asperger , aunque este detalle nunca se revela en el libro. Christopher nos narra sus peripecias desde su particular punto de vista: todo su mundo está ordenado según una lógica muy particular y todo lo que se salga de esa lógica o no siga las reglas que Chritopher tiene establecidas, le provoca miedo y confusión. En la contraportada del libro hay una breve descripción de Christopher que nos resume muy bien su personalidad:

A sus quince años, Christhoper Boone, conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507 pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico.

Christopher comienza su historia cuando se encuentra el perro de su vecina asesinado con un horcón de jardinería. Desde ese momento decide iniciar la búsqueda del culpable, cual Sherlock Holmes, que además es su personaje de novela favorito. Durante su búsqueda deberá enfrentarse a sus miedos más básicos, como por ejemplo el relacionarse con otras personas desconocidas y las contradicciones de esta sociedad, que escapan a su concepción lógica. Poco a poco, el protagonista nos irá descubriendo sorprendentes facetas de su vida y de su forma peculiar de ver las cosas, ganándose al lector en cada capítulo.

No desvelaré nada más de la historia ni del personaje, para que vosotros mismos podáis descubrirlo con libertad. Lo que más me sorprende del libro es la facilidad con la que podemos meternos en la mente del personaje y comprobar que realmente Christopher, a pesar de su limitación, nos da continuamente verdaderas lecciones de humanidad y de cómo deberiamos comportarnos las "personas normales". Probablemente, las cosas nos irían mejor si, como Christopher, no fuésemos capaces de mentir ni de buscarle el doble sentido a las cosas.

El autor, Mark Haddon ha logrado multitud de premios con este libro, que supone su primera incursión en la narrativa para adultos. Ha sido llegar y besar el santo.

Mi nota para este libro: 9 sobre 10.

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2 de noviembre de 2007

¡Bendita paciencia!

Estaba yo en plena faena, transfiriendo algunos archivos de mi antiguo equipo al nuevo, con su flamante Windows Vista, cuando me fijo en el cuadro de diálogo del proceso de copia:

¡¡ Velocidad punta: 0,8 bytes/s !!

¡Madre mía! ... voy a tener que esperar ¡más de 130 años!. Bueno, qué se le va a hacer... si lo dice Vista será verdad... tendré que armarme de paciencia.

Voy a tomarme un café.

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