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7 de junio de 2010

El deseo hecho realidad

Hace ya mucho tiempo os contaba, con gran satisfacción por mi parte, la adquisición de mi último capricho tecnológico en el que había invertido mi empeño y gran parte de mi pírrica fortuna, además de algún que otro disgusto. Era mi tan querido Nokia N95, del que ya os he hablado varias veces.

Aquello fue hace casi tres años, allá por septiembre del 2007, y como suele pasar en estos casos lo que entonces era lo último en tecnología móvil, hoy se había convertido en un chisme aburrido al que apenas hacía caso. Y justamente hace unos días, como una señal venida del cielo, vi por casualidad un anuncio en la página de Orange en el que ofrecían una flamante HTC Desire a un precio muy asequible gracias al programa de puntos.

Sí, lo se. Diréis que soy un estúpido caprichoso y un derrochador incorregible. Y tenéis toda la razón del mundo. Pero no podía dejar pasar la oportunidad de  tener esa maravilla en mis manos. Y además, no tenía que hacer un desembolso exagerado ya que tenía bastantes puntos.

Así que finalmente, me lancé a la caza del mismo, y ya lo tengo en mi poder, desde hace apenas tres semanas. Antes de que me trituréis los huesos a patadas, diré en mi descargo que el N95 sigue dando servicio, ya que pasa a manos de mi hermano, que continuará haciendo un buen uso de él y cuidándolo como si fuera suyo (lo cual, dicho sea de paso, tampoco me tranquiliza mucho).

En fin, a lo que iba. Para los que no lo conozcáis, el HTC Desire es uno de los últimos y más potentes modelos de la compañía taiwanesa HTC, destinado a competir directamente con el iPhone 3GS de Apple, al que de momento supera en algunas de sus especificaciones técnicas: pantalla WVGA de 480x800 píxels, procesador Snapdragon de 1GHz, memoria RAM de 512 MB., etc. Éste modelo es una pequeña evolución, algo mejorada, de su hermano gemelo Nexus One, el archiconocido teléfono de Google, que también ha sido fabricado por HTC.

No hay suficiente espacio en este blog para hablar con detalle de todas sus cualidades, y tampoco pretendo hacer ningún análisis. Sólo os digo que yo, de momento, estoy encantado con esta nueva adquisición y, aunque aún no lo he exprimido al máximo de sus posibilidades, sé que no me va a defraudar. La pantalla táctil, con tecnología capacitiva, es tremendamente sensible, lo que se agradece a la hora de escribir en el teclado virtual sin apenas errores, y los gestos en la interfaz son muy simples e intuitivos, con una fluidez digna del iPhone. Incorpora de fábrica el sistema Android 2.1, también de Google, con las ventajas que ello conlleva: sincronización de contactos, calendario, correo, etc. con tus cuentas de Google; actualizaciones del sistema operativo vía OTA sin complicaciones; la versatilidad del software libre, sin licencias privativas, etc.

Como gran desventaja, que esperemos que se solucione en las próximas actualizaciones del sistema, actualmente no permite la instalación de aplicaciones en la tarjeta de memoria microSD, sino únicamente en la memoria interna del teléfono. En teoría esto se solventará en la próxima actualización a Android 2.2 "Froyo", que debería llegar pronto a nuestros terminales.

En fin. No os aburro más, que si queréis información ya se ha escrito mucho sobre el HTC Desire. Sólo me queda añadir, que una vez más he caído y recaído en las dulces garras de San Google, y ahora me siento más "sincronizado y social" que nunca. Vamos, que me tienen cogido por los huevos.

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