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12 de octubre de 2007

El poder de la innovación

En esta entrada no voy a contar nada nuevo, ni nada que no sepa la gran mayoría de la gente, pero... ¡que narices! me apetece contarlo. Cuando alguien te da un servicio eficaz, eficiente y encima gratuito, no puedo menos que darle las gracias.

Este lunes me voy de vacaciones a Castellón, a la localidad costera de Moncofa, y naturalmente, como corresponde a un buen turista-internauta, antes de partir planifico cuidadosamente mi ruta mediante cualquiera de los múltiples servicios que ofrecen este servicio online (vease Mappy, Guia Campsa, etc.).


Esta vez opto por Google Maps, y me dejo embaucar por su atractiva sencillez y facilidad de uso: no hay mas que introducir el origen y el destino, y tienes un hermoso mapa ampliable con la ruta más rápida al instante. Hasta aquí nada nuevo.

Continúa...

Lo que me llama poderosamente la atención es la asombrosa facilidad con la que puedo modificar la ruta a mi conveniencia, incluyendo puntos de paso o evitando ciertas carreteras. Si bien en otros servicios también se puede hacer esto, introduciendo el nombre de la calle por la que quieres o no pasar, en la práctica resulta engorroso puesto que hay que conocer el nombre de la calle y el número exacto, volver a la pantalla anterior e introducirlo, etc. En Google Maps este paso es tan intuitivo como arrastrar con el ratón la linea que marca la ruta sobre el mapa para obligarla a pasar por otro punto diferente. De esta forma puedes comprobar, sobre el mismo mapa, como cambia una ruta (en distancia y tiempo) haciendola pasar por otras carreteras que no son las predefinidas, o tomando tal o cual salida en lugar de aquella otra. "¡Que bueno!" pienso "¿cómo no se le había ocurrido a nadie hacerlo así?" Y una vez que finalizas la ruta, la imprimes: y puedes seleccionar qué puntos de la misma quieres mostrar en pequeños mapas en la parte derecha de la página, para poder seguirla mucho mejor una vez que estés en marcha.

Podeis llamarme friki, trastornado, o lo que querais, pero cuando me encuentro con un servicio tan bueno, tan orientado a la interactividad con el usuario, y que nadie me pida un cétimo por usarlo a mis anchas... ¡me siento feliz!. Igual que me sedujo GMail en su momento, con una interfaz agradable, vacia de artificios y publicidad engorrosa. E igual que antes, pienso ahora: ¿qué tiene Google para dar siempre en el clavo? ¿Como tiene siempre esa visión "preclara" de lo quiere exactamente el usuario al otro lado de la pantalla?

A veces uno piensa que ya está todo inventado... y de repente llega alguien que te muestra que todo se puede mejorar siempre. Tú piensas "vale, pero mejorar esto hará que sea más complejo, menos usable". Todo lo contrario: se puede mejorar muchísimo y hacerlo a la vez tremendamente sencillo. Esta es la filosofía que demuestra Google en cada uno de sus productos y servicios: sencillez e intuitividad. Todo se puede mejorar con una idea innovadora.

Otro ejemplo muy sencillo ocurre en el mundo de las consolas de videojuegos: los gigantes como Sony y Microsoft compiten como bestias encarnizadas por superar a la otra en realismo en los videojuegos, potencia de procesamiento en sus consolas y gráficos impresionantes. Y tan obcecados están en su particular batalla de "fuerza bruta" que, sigilosamente, se cuela un tercero en discordia, Nintendo, y da en el clavo, justo allí donde a nadie se le había ocurrido mirar: la interacción con el usuario. Con la Wii el jugador es el protagonista, y no el personaje de la pantalla. No hay una potencia bestial; hay una idea innovadora. El factor sorpresa con el que se ganan las batallas.

Espero que esto sirva para hacer reflexionar a otros proveedores de servicios que tan cegados están en su forma de hacer las cosas. Hasta que no llegue otra idea innovadora, no creo que nadie pueda ganar la batalla a Google...Y sinceramente, me alegro de que así sea.

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